Experimento con una varilla de acero flexible ajustada al mandril de un torno, hacía girar la varilla y la ponía a vibrar, combinando un movimiento oscilatorio con un movimiento de rotación, la varilla giraba en torno a su eje aunque el plano de vibración no giraba. Así llegó a la conclusión de que un péndulo oscilando sobre la Tierra actuaría como la varilla en el torno y se mantendría el plano de oscilación aunque la Tierra se moviese debajo.
En un primer intento, instaló un péndulo en su casa con una bola de latón de 5 kg suspendida de un hilo de acero de 2 m de largo. Soltaba la bola con las manos por lo que aplicaba una fuerza lateral y las oscilaciones en lugar de estar en plano describían elipses cada vez más achatadas. Cinco días después, instaló otro péndulo amarrando la bola a una cuerda y en lugar de soltar la bola con las manos, puso una vela encendida que con su llama rompía la cuerda y el péndulo oscilaba sin fuerza en dirección distinta al plano de oscilación. Así observó que pasado un largo rato el plano de oscilación desviaba unos milímetros y obtuvo la prueba de que la Tierra se movía sin necesidad de observar las estrellas.
Luis Napoleón Bonaparte le pidió que instalara su péndulo en el Panteón de París. Medía 67 metros, pesaba 28 kg (el peso solo influye para mantener tenso el cable del que estaba suspendido) y tardaba 16,4 segundos en dar una oscilación completa. En el extremo inferior de la bola había un punzón que trazaba un surco en una base de arena húmeda y aunque la resistencia del aire y la arena paraban el péndulo, cada 5 o 6 horas el plano de oscilación giraba entre 60 y 70 grados en sentido de las agujas del reloj.
El péndulo original sigue en el Panteón de París.
De Arquímedes a Einstein, los Diez Experimentos mas Bellos de la Física, Manuel Lozano Leyva.
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